miércoles, 4 de noviembre de 2020 - Webinar

PosCosecha Patata 2020

Calidad y conservación deben ser objetivos prioritarios durante toda la campaña

"Tradicionalmente el cultivo de la patata ha sido muy inestable y especulativo, pero durante los últimos años se está extendiendo la práctica de la contratación"

Entrevista a Julio Martín, director general de Prodeleco

Alejandro de Vega03/11/2020

La cooperativa Prodeleco con sede en Riego de la Vega (León) es una de las principales empresas dedicadas a la patata de conservación en Castilla y Léon y en España. Para discernir los aspectos fundamentales que están protagonizando la actualidad en este sector, hablamos con Julio Martín, director general de Prodeleco. A continuación ofrecemos un extracto de la entrevista que se publicará íntegramente en el próximo número de la revista Tierras Agricultura.

Julio Martín, director general de Prodeleco
Julio Martín, director general de Prodeleco.

Según su experiencia, ¿cuáles son las claves a tener en cuenta en la recolección de la patata?

En primer lugar, en lo que respecta al cultivo en sí, hemos de partir de la base de que la patata es un tubérculo, por ello debemos ser conscientes de que estamos manejando un producto delicado por su alto contenido en agua, aproximadamente el 80%.

Por tanto, la primera consideración es determinar cuándo ha alcanzado su madurez, ha cicatrizado el ombligo y ha formado una piel lo suficientemente fuerte y resistente para afrontar la manipulación, tanto al entrar en contacto con la maquinaria de campo como en cualquiera de los diferentes procesos posteriores, ya sea el transporte, el almacenamiento, el procesado o el embolsado.

Por otro lado, no debemos olvidarnos de los factores externos, no menos importantes y que van a influir directamente en la recolección de los tubérculos. Estos podrán variar en función del destino y el uso que se le vaya a dar a la cosecha, como son: la correcta humedad del suelo, la temperatura ambiental superior a 10-12ºC, una buena sanidad del cultivo o el grado de mecanización de la recogida y transporte.

¿Cómo ha evolucionado la tecnología asociada a la postcosecha de este producto agrícola y qué fases son más críticas en la conservación de la patata?

Partiendo de la base de que los fundamentos del manejo de las patatas durante su periodo de conservación llevan implantados desde hace varias décadas, lo que es indudable es que tanto los equipos de ventilación y refrigeración como los sistemas de gestión y control (software) han evolucionado enormemente en los últimos 5-7 años.

Por señalar un par de consideraciones, destacar que durante los últimos años los equipos instalados en las cámaras de conservación son mucho más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. A nivel de programas de control y aplicaciones, al igual que ha ocurrido en el resto del mercado, su evolución y mejora ha sido exponencial con la implantación de los smartphones y tablets que posibilitan el control total de nuestras instalaciones desde cualquier parte del mundo.

¿Qué impacto está teniendo la imposibilidad de usar el CIPC en la primera campaña de prohibición de este producto?

El Clorprofam o CIPC ha sido la materia activa más empleada para el control de la brotación en los almacenes durante las últimas décadas, la cual destacaba por ser muy eficaz en cualquier momento de aplicación, económica y de fácil manejo. Esta sustancia disponía de diferentes formatos para su aplicación: en polvo, líquido, en botes fumígenos o mediante termonebulización.

Actualmente disponemos de tres alternativas al CIPC autorizadas: hidrazida maleica, etileno y aceite de menta. Según la información de que dispongo, se autorizará próximamente en España el 1,4-dimetilnaftaleno, al igual que ya ha ocurrido en otros países europeos.

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¿Qué conclusiones extrae de la campaña de patata hasta la fecha? Los precios en el mercado libre empezaron con cierta alegría, pero han terminado por desplomarse sin que ni siquiera cubran los costes de producción…

Efectivamente la campaña de Castilla y León arrancó con un relativo optimismo, en especial la patata con aptitud para el lavado y las cosechas más tempranas, motivado fundamentalmente por la falta de producto de calidad en las regiones del sur peninsular.

La reapertura de una parte de la hostelería y la restauración hizo que al inicio de nuestra campaña el canal Horeca demandara patata para atender sus necesidades tras el parón durante el estado de alarma y la previsible llegada de turismo nacional.

Pero la alegría nos duró poco y a medida que se iban sucediendo los arranques en las diferentes regiones de la comunidad los precios se iban desplomando. Desde los primeros días de septiembre, a excepción de las patatas de lavado y las de carne blanca, el resto veían como los precios se reducían tanto que no llegaban a cubrir los costes de producción.

Aproximadamente, ¿qué porcentaje de patata se comercializa bajo contrato previo en Castilla y León? ¿Ha cambiado este porcentaje en los últimos años?

En Castilla y León la patata que se cultiva bajo contrato previo de compraventa ronda el 55-60%; por fortuna para todos los intervinientes en la cadena de comercialización de este cultivo, durante los últimos 5-6 años ha ido en aumento.

Tradicionalmente el cultivo de la patata ha sido muy inestable y especulativo, pero durante los últimos años se está extendiendo la práctica de la contratación.

La industria de transformación lo tiene perfectamente asentado en las relaciones con sus proveedores y los envasadores lo están convirtiendo en una práctica habitual en su suministro. Esta tendencia no es fruto de la casualidad, sino del esfuerzo y los pasos dados hacia delante por el sector en su conjunto.

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