EL SECTOR OLIVARERO ESTÁ VIVIENDO UNA PROFUNDA TRANSFORMACIÓN QUE LO POSICIONA COMO UNA OPORTUNIDAD DE INVERSIÓN ESTRATÉGICA.
Tradicionalmente asociado a métodos de cultivo extensivos, el olivar ha evolucionado hacia sistemas de producción más eficientes y rentables, como el superintensivo, que permite una mecanización avanzada, mayor densidad de árboles y una optimización del rendimiento por hectárea.
El sector cuenta con incentivos estratégicos como certificaciones de sostenibilidad, acceso a financiamiento verde y proyectos de regeneración agrícola que aumentan su atractivo para fondos de inversión, family offices y empresarios agrícolas.